¿Qué son?
Los suplementos alimenticios son productos con una forma concentrada de nutrientes como vitaminas y minerales o sustancias con un efecto nutricional o fisiológico y se presentan en forma de pastillas, cápsulas, líquidos, etc. Pueden contener una variedad de ingredientes como vitaminas, minerales, aminoácidos, ácidos grasos esenciales, fibra y extractos de plantas.
¿Para qué sirven?
"Su única función es incrementar, complementar o suplir alguno de los componentes que adquirimos a través de la dieta es decir, de los alimentos y platillos que ingerimos a diario; pues algunas personas no obtienen en su alimentación todos los nutrimentos que necesitan y por ello recurren a los suplementos alimenticos, para complementar su alimentación." gob.mx
Los suplementos no son medicamentos y no tienen la capacidad de tratar o prevenir enfermedades o modificar funciones fisiológicas.
En México, los suplementos alimenticios se regulan como alimentos. Existen leyes cómo COFEPRIS que regulan el uso de vitaminas y minerales y las sustancias utilizadas para fabricar suplementos alimenticios. Para los ingredientes que no son vitaminas y minerales, la COFEPRIS tiene normas para proteger a los consumidores contra riesgos para la salud y mantiene una lista de sustancias conocidas o sospechosas de tener efectos negativos en la salud y cuya utilización está controlada.
Está permitido que los suplementos alimenticios tengan carbohidratos, proteínas, aminoácidos, ácidos grasos, metabolitos, plantas, algas, alimentos tradicionales deshidratados y otros ingredientes permitidos por la Secretaría. También pueden incluir vitaminas y minerales dentro de los límites permitidos por el Reglamento de Control Sanitario de Productos y Servicios, y aditivos permitidos por el Acuerdo por el que se determinan las sustancias permitidas como aditivos y coadyuvantes en alimentos, bebidas y suplementos alimenticios.
Los suplementos alimenticios no deben contener procaína, efedrina, yohimbina, germanio, hormonas animales o humanas, sustancias con acción farmacológica, ni aquellas que presentan un riesgo para la salud. Además, no se permite la utilización de plantas de toxicidad conocida según la Farmacopea Herbolaria de los Estados Unidos Mexicanos (FHEUM) en la formulación de suplementos alimenticios. También se deben seguir las regulaciones de los aditivos y coadyuvantes de elaboración establecidos en el Acuerdo correspondiente. Los fabricantes y distribuidores deben evitar la fabricación o importación de productos con ingredientes prohibidos.
En resumen, los suplementos alimenticios son una excelente opción para complementar o incrementar los nutrientes de la dieta, pero es recomendable consultar con un profesional de salud antes de consumirlos. Es importante tener en cuenta que los suplementos no pueden sustituir un tratamiento médico formal y que los productos que prometen curar enfermedades a través de su publicidad no son suplementos alimenticios. Al elegir un suplemento, es importante desconfiar de las promesas excesivas, elegir un plan personalizado y tener cuidado con los ingredientes naturales, ya que algunos pueden ser tóxicos. También es importante investigar el tiempo en el mercado y no caer en las exageraciones de la publicidad.